domingo, 11 de febrero de 2018

¿Los niños no deben ir a ver los toros pero sí pueden ir a las bases militares?

Si es razonable evitar que niños y adolescentes acudan a las plazas de toros con objeto de no exponerlos a escenas de violencia, ¿cómo cabe la posibilidad legal de que sí puedan visitar, por ejemplo, la base aeronaval de Rota, la cual está concebida para las acciones bélicas?.

¿Cuándo llegará el día en que las autoridades dejen a los niños y niñas en paz, sin obligarlos a acudir a las instalaciones militares para convencerlos de la inevitabilidad de las guerras y los crecientes gastos militares?, ¿cuándo la sociedad se levantará en carne viva para evitar que se adoctrine a los niños y adolescentes en la preparación de las guerras?, ¿cuándo habrá una ley que impida para siempre este tipo de abuso contra la integridad de los niños y jóvenes?, ¿cuándo este contacto de los niños con las armas de combate quedará sustituido por proyectos de cooperación escolar con centros educativos de otros países cercanos?, ¿cuándo querremos todos ser coherentes con la celebración del Día Escolar de la Noviolencia y la Paz (30 de enero) y, lógicamente, evitemos que los colegios e institutos queden convertidos provisionalmente en peculiares patios de armas?, ¿para cuándo un mínimo de cordura en este asunto?, ¿no hay ya demasiada violencia en el mundo como para que sigamos cometiendo el error de no priorizar la educación para la paz?.



Estoy completamente de acuerdo en que los niños y adolescentes no deben ir a ver la llamada "fiesta nacional", las corridas de toros. Porque esos espectáculos incluyen escenas muy violentas que, además de acabar con la vida de los animales, tienen como efecto subrayar y fomentar la concepción de una humanidad que controla a su antojo y triunfo las fuerzas de la naturaleza. Y efectivamente, con toda razón, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU ha dirigido al estado español una recomendación para "prohibir la exposición de los menores de edad a las actividades taurinas para protegerlos de su extrema violencia" (véase: http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/ONU-Espana-alejar-adolescentes-tauromaquia_6_735686446.html)
.



La campaña infancia sin violencia (http://www.infanciasinviolencia.com/) también apoya esta misma idea, es decir, no llevar a los niños y adolescentes a espectáculos de violencia. Una de las razones principales de ello sería la siguiente: "El impacto de presenciar imágenes de violencia causa en los niños profundas huellas psicológicas; al impacto emocional, se debe añadir la falta de herramientas mentales y psicológicas para procesar y comprender la crudeza de estas imágenes, ya que estamos hablando de mentes que aún están en formación".

Otras organizaciones (como https://coppaprevencion.org/) trabajan también para que se respete la integridad mental, emocional, psíquica y cultural de los niños y adolescentes, dado que son seres humanos en formación, es decir, carentes de herramientas intelectuales y emocionales consolidadas capaces de integrar adecuadamente conocimientos y experiencias directamente relacionados con la destrucción de otros seres humanos mediante sistemas organizados de armas y enfrentamientos militares.

El acceso de los niños y adolescentes a las armas de destrucción, como bases militares, portaviones, buques de guerra, tanques, demostraciones militares, etc., etc., atentan claramente contra la integridad de estos niños y adolescentes, ya que les coloca en situación de sujetos pasivos de adoctrinamiento militar y, en consecuencia, en personas objeto de abuso ideológico por parte de adultos con fines, legales o no, que distan mucho de lo que deben ser los objetivos de la educación (solidaridad, empatía, tolerancia, respeto a lo diferente, paz, respeto a la vida, etc.)



En la provincia de Cádiz la planificación militar para acercar las instalaciones y prácticas de los ejércitos a los niños y adolescentes es conocida, intensa y extendida. La Fiscalía de Menores no actúa, las organizaciones sociales no dicen nada, los padres y madres admiten estas prácticas, los profesores y pedagogos no levantan sus voces frente a estas actividades...